Pelayo se está convirtiendo en el talismán de los ascensos del Oviedo. El canterano es el jugador que más cambios de categoría acumula en las últimas campañas. En la temporada 2007-08, pese a estar en su segundo año de juvenil, ayudó al Vetusta para ascender a Primera regional. En la 2008-09 debutó con la primera plantilla, fue titular en el partido decisivo de la promoción en Mallorca y luego reforzó al filial para dar el salto a Regional Preferente. El equipo va directo a la fase de ascenso y algunos ya sueñan con el regreso al fútbol profesional.
"No soy capaz de imaginar lo que haría pero la felicidad sería tremenda, ojalá que se cumpla, pelearemos por ello estaría feliz si el equipo sube a Segunda A y yo puedo seguir en la plantilla", aseguró ayer el futbolista azul.
Los jugadores de casa siempre tienen más complicado hacerse con un hueco en las primeras plantillas y Pelayo no es una excepción. Hasta ahora suma 615 minutos, repartidos en 16 partidos. "Es mi primera temporada en Segunda B y el Oviedo tiene una exigencia muy alta y los equipos que están obligados a subir siempre tienen buenos futbolistas, es complicado entrar, voy teniendo minutos y espero seguir jugando", explicó.
De todos modos, este año está centrado sólo en la primera plantilla y no como el anterior en que jugó con el División de Honor juvenil y con el filial, "tampoco me costaba mucho porque conocía a los tres entrenadores".
Lo que sí es nuevo para él es marcar en segunda B. El domingo hizo su primer gol en la categoría y también en el Carlos Tartiere, "con el primer equipo sólo había marcado en el campo del Navarro, mi labor no es la de meter goles pero si puedo ayudar lo hago encantado". Contra el Cerro Reyes cambió la historia, "no sé como me equivoqué y llegué para marcar", dice con ironía y agradeció el servicio de Manu Busto: "Manu pone el balón donde quiere y lo hizo perfecto, sólo tuve que poner la cabeza".
Aunque es un futbolista formado desde muy pequeño en las categorías inferiores del club y con un sentimiento oviedista muy arraigado no deja de sorprenderse con la reacción de los aficionados: "Cuando damos una pequeña ilusión se vuelcan con el equipo, lo vimos contra el Sporting B y hubo más de 17.000espectadores, recuperar esa ilusión es muy bonito y seguiremos así hasta el final".
El mérito del equipo fue saber reponerse del mal inicio de competición: "Al principio las cosas no salían y se perdió confianza en el equipo pero el vestuario estuvo muy unido, los resultados fueron llegando y ahora las cosas salen muy bien y hay que ratificarlo para estar en la fase de ascenso y tratar de subir".
FORÇA OVIEDO